lunes, 18 de marzo de 2013

LA RELIGIÓN EN LA ANTIGUA ROMA

                     LA RELIGIÓN DE LA ANTIGUA ROMA
La religión romana originaria rendía culto a seres sobrenaturales de carácter indefinido llamados numina como Flora, Fauno, etc. Los de la vivienda familiar eran los Forculus (que guardaban las puertas), Los Limentinus (que guardaban los umbrales), Cardea (de los goznes), etc.
 Para los romanos, la religión era, ante todo, el temor a lo sobrenatural. 
En Roma, la religión tenía dos vertientes: una pública, el culto estatal, y otra privada, el culto a los lares familiares. Como en Grecia, la religión no era un asunto de religiosidad personal; más bien tenía un carácter contractual: se honraba a los dioses a cambio de su protección. 
En principio, carecían de imágenes, templos y doctrinas, aunque se instituyeron ritos para atraer el favor de los dioses. El panteón romano se creó influido por el griego y el etrusco. Los dioses son casi los mismos, aunque cambien de nombre. El culto a los muertos llevó a deificar a los reyes, y más tarde a los emperadores.
Las fiestas religiosas:
 - Fiestas saturnales.
- Fiestas lupercales.
- Fiestas equiria.
- Fiestas de los juegos seculares.
Rituales funerarios:
Los romanos practicaron, indistintamente, durante toda su historia, dos rituales de entierro o llamados también rituales funerarios: por inhumación o por incineración.
Los mitos griegos que presentaban a Hades (conocido también por Plutón) como el dios que ejercía el poder sobre los muertos en el mundo subterráneo eran conocidos por los romanos, pero sólo tardíamente serían asumidos por un pequeño sector de la oligarquía.
Los primitivos dioses Manes se mantuvieron hasta el afianzamiento del cristianismo como los dioses de ultratumba. Los Manes eran las almas de los difuntos. El temor a los dioses Manes se traducía en la dedicación de ofrendas anuales de flores, leche, vino y miel en las fiestas Parentalia del 21 de febrero.
Rituales parecidos tenían ocasión durante el Novenarium que seguía a todos los entierros.
Existía la creencia que los días de mediados del mes de mayo era un tiempo en el que los fantasmas de los muertos se hallaban especialmente insatisfechos. El padre de familia, las noches del 9, 11 y 13 de mayo tenía que recorrer la casa pronunciando conjuros para ahuyentarlos.
El lugar donde se había depositado un cadáver era propiedad de los dioses Manes y tenía carácter religioso.



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